miércoles, 21 de septiembre de 2016

LOS GUSTOS MUSICALES Y LAS RADIOS EN LIMA: ALGO NO ME CIERRA

Último survey de C.P.I.





Acaba de publicarse el survey radial de sintonía en Lima, realizado por Compañía Peruana de Investigación de Mercados y Opinión Pública S.A.C., comercialmente conocida como C.P.I.  Como era de esperarse, no hay cambios radicales en comparación con elsurvey anterior, salvo subidas y bajadas de las Top 10, pero siempre con el liderazgo de RPP.



Como quiera que a veces uno se deja llevar por los nombres de las radios, es necesario también estar conscientes del género que estas proponen, por lo que me di el trabajo señalarlos, con el fin de sacar los porcentajes de la sintonía radial, específicamente separado por género y únicamente en la ciudad de Lima. Luego de ello, eliminé las radios de noticias (RPP, Exitosa y Capital) con el fin de encargarme única y exclusivamente de las radios musicales.  Ahora bien, para efectos de que la información fuere más fácil de leer y unificando criterios, generalicé al Rock & Pop, con repertorio anglo y español, independientemente si es actual o “del recuerdo”.  Igualmente, a todos los géneros les sumé los valores pertenecientes a Radio Comas, por ser una radio cuya programación es extremadamente variada (me hace acordar al indescifrable Sabor Mix de los 90’, radio que empezó -a mi parecer- con la “mediocridatización” de las radios, pero ese es otro tema).  Es así que el resultado de este ejercicio dio -ojo, siempre en la ciudad de Lima- que el reggaeton es el género más escuchado con 24.49%, seguido por las baladas con un 22.57%, salsa con 18.10%, cumbia 17.59%, y unos sorprendentes 16.59% y 0.66% de Rock & Pop y folklore, respectivamente. 



No pude, sin embargo, dejar de acordarme de la encuesta realizada en diciembre del 2015 por GFK respecto a los gustos musicales en donde se demostrada que a la pregunta “¿qué género escucha con mayor frecuencia?” los resultados -siempre en Lima- fueron baladas y salsa cada uno con 16%, seguido del huayno (o folklore) con 14% y cumbia con 8%.  


Mmmmm... algo no me sonaba bien.  Pensé que tal vez esa diapositiva era el resumen de una data más extensa, por lo que acudí al mismo GFK para hacer la consulta, y tuve la fortuna de recibir la data de las tablas generales.  ¡Que rica información!  A la pregunta “¿cuál es su género musical preferido?”, las respuestas únicas fueron muy específicas, disgregando, por ejemplo, el rock o el pop en inglés con el español, hip hop, electrónico, rock progresivo, reggae, metal; too good to be true.




Pues bien, para efectos de tratar de comparar, sobre la base de las tablas de GFK uní algunos géneros con otros, principalmente, con los mismos grandes grupos que me arrojó el análisis hecho con la data de C.P.I.  Fue así que para la categoría “reggaeton” la sume los valores de esta con la de bachata (suelen ser programados en las mismas radios), rock o pop en inglés y español (actual o clásico) junto con reggae, dance, hip hop, electrónico y demás hierbas en la categoría “Rock & Pop”, y salsa y merengue en “salsa”; la categoría “baladas” entiéndase como baladas en español, actuales y clásicas.  Por favor, absténganse los puristas de sumar los porcentajes, que en ninguno de los casos suma cien exactos (he obviado “otros” y “no sabe/no opina”, convirtiendo lo parcial en un universo).



El resultado me sorprendió por las diferencias encontradas .  Ok, estoy de acuerdo en que esto no puede tener rigor científico por cuanto el objeto de cada uno de los estudios son diferentes, es decir, uno mide preferencias de géneros musicales, y el otro, la sintonía radial, pero tengamos en cuenta que según la encuesta de GFK, la mayoría de la población escucha música vía radio (84%, para ser exactos).  A partir de allí, es lógico inferir que los gustos musicales tienen una relación directa con las radios que la gente escucha.  Por supuesto que pueden haber variaciones, pero, ¿cómo explicar la enormes diferencias encontradas entre uno y otro estudio con el reggaeton, el flolkore y la cumbia?  Tal vez sea el momento de revisar los sistemas estadísticos utilizados para hacer este tipo de encuestas (les dejo a su criterio el sistema de cuál institución).




Una última reflexión; convengamos que un estudio de sintonía radial sirve principalmente para el establecimiento de las tarifas de compra-venta de publicidad de los medios, amén de ser una herramienta de toma de decisiones.  Estos estudios son consumidos principalmente por agencias de publicidad y los propios medios estudiados.  A partir del reporte de C.P.I, hice el último ejercicio de señalar a qué corporación radial pertenecen cada uno de los medios (ahora sí incluyendo toda la data general), y hacer un ranking.  Lo dije y lo seguiré diciendo siempre: no me gusta la concentración de medios.



Setiembre 2016


lunes, 5 de septiembre de 2016

LAS CONSECUENCIAS DE UN PELIGROSO FALLO SOBRE PLAGIO

La cola de Blurred Lines




Hace año y medio los herederos del gran Marvin Gaye -uno de los artistas que a través del R&B influenciaron poderosamente el pop- entablaron un juicio por plagio contra Pharrel Williams y Robin Thicke.  Según ellos, la canción Blurred Lines de este dúo era un plagio de la del mítico Gaye, Got to give it up.



En marzo pasado, una corte federal de California ordenó al dúo pagar 7.3 millones de dólares a los herederos de Marvin Gaye por infringir las leyes de copyright, fallo que ha sido -por supuesto- apelado, y que ha escandalizado a la comunidad musical, ya que los evidentemente subjetivos elementos de juicio condenan a alguien por “parecerse” al otro.  De hecho, ya son más de 200 mega-estrellas que están oficialmente protestando contra este fallo por considerarlo peligroso y factible de tener cola.

Pues bien, parece que la cola es bastante corta; y -oh casualidad- el nombre de Marvin Gaye también aparece de costalete…

Una de las canciones más emblemáticas de este artista es Let’s get it on, escrita por él y por Ed Townsend.  Resulta pues que los herederos de este último, imagino que “alentados” por los resultados del juicio antes mencionado, han denunciado nada más y nada menos que a Ed Sheeran por su canción Thinking out loud, ganadora de un Grammy, N°1 en once países desde su lanzamiento, un billón de plays en YouTube, y ventas sólo en Estados Unidos de más de un millón de copias (disculpen la pequeñez).

Y en el saco están una larga lista de colaboradores, o a quienes los denunciantes consideran responsables solidarios:  Gingerbread Man Records, el sello propio del artista, que es distribuido a través de un joint venture por Warner Music, ambos involucrados; Bucks Music, BDi Music y Sony/ATV como editores y sub-editor de la canción, compuesta por Victoria Wadge y Ed Sheeran.  También está denunciado el productor del tema Jake Gosling.

Según en portal Music Law Updates, en la denuncia se puede leer que “…las progresiones armónicas, melódicas y elementos rítmicos observados en Let’s Get It On la han hecho una de las más conocidas y ‘reconocibles’ canciones en la historia del R&B... estos elementos son el ‘corazón’ o, cualitativamente hablando, los elementos más importantes de la canción de acuerdo con la crítica especializada”; y agrega "Ed Sheeran copió ‘el corazón’ de Let’s Get It On repetida y continuamente a través de Thinking Out Loud…”.


Como mencionaba al principio, según The Hollywood Reporter, los más de 200 artistas han enviado hace poco una carta dirigida a la Corte del Noveno Distrito de Apelaciones (en donde se revisará nuevamente el caso), en la cual declaran que consideran que si el fallo de Blurred Lines continua en firme, la propia industria musical se vería afectada,  Se puede leer en ella que “..el veredicto en este caso amenaza con castigar a los compositores por crear música que está inspirada por trabajos previos. Toda la música comparte inspiración de previos trabajos musicales, especialmente dentro de un género musical particular. Si el veredicto se mantiene, es algo muy peligroso para la comunidad de la música y sofocaría la creatividad. Es difícil imaginar como sonaría nuestra música si David Bowie hubiese tenido miedo de inspirarse en Shirley Bassie, o si los Beatles hubieran tenido miedo de inspirarse en Chuck Berry“.

Nota curiosa e irónica: la editora que controla la supuesta obra plagiada (Let’s Get It On) es Sony/ATV, quien tendrá que defenderse de una demanda... de su propio autor.  ¡De locos!

Para que se diviertan -y comparen- no dejen de ver y escuchar este mash-up de las dos canciones :


Setiembre 2016