En una época en que pensábamos que las diferencias de interpretación en cuanto a las regalías en la era digital se habían superado (como en el caso Eminem vs. Universal) ahora vemos que la superestrella latina Enrique Iglesias está demandando a Universal Music Group en los EE.UU. por un presunto "déficit de millones de dólares" en el pago de regalías, particularmente proveniente del streaming.
Hoy 24 de enero se presentó una demanda
en Miami, y la acusación se basa en el hecho en que Universal no asignó una
tarifa de regalías específica por streaming, precisamente en dos contratos con
el artista: uno firmada en mayo de 1999 con Interscope en conjunto con la
compañía global de Universal (diferenciando álbumes en inglés y en español), y
un contrato adicional firmado en mayo de 2010 (en donde se equiparaban álbumes en
ambos idiomas).
Los abogados de Enrique Iglesias,
encabezados por James Sammataro, alegan que en dichos contratos se especificó el
nivel de regalías por álbumes físicos y donwloads (a una tasa muy por debajo
del 50%), pero que, por el contrario, no se puso una tasa de regalías específicamente
provenientes del streaming. Sin embargo,
sí se establecía que se pagaría un 50% de regalías ”por cualquier tipo de uso
que no esté específicamente cubierto en este contrato”. Por lo tanto, dicen que Universal debería
haberle pagado al artista el 50% de los ingresos netos de servicios como
Spotify, Apple Music, YouTube, Pandora, etc.
"A pesar del éxito sin
precedentes de Iglesias, Universal se ha negado a corresponder y ha incumplido
sus obligaciones contractuales con Iglesias", dice la demanda, que puede
descargar en su totalidad aquí; y
continúa “Universal ha estado sistemáticamente pagando muy por debajo de lo que
debería las regalías de Iglesias provenientes del streaming, calculando esas
regalías a una fracción muy pequeña del 50% contractualmente requerido por
contrato".
Para darnos una idea de lo crossover
del artista, en su canal Vevo Enrique Iglesias ha acumulado más de 10 mil
millones de visitas en YouTube, mientras que sus canciones más importantes en
Spotify tienen más de 300 millones de reproducciones cada una.
Continúa la demanda: "Los
informes financieros inexactos de Universal caracterizan a la producción y cuenta
de Iglesias como si no hubieran recaudado millones de dólares, a pesar de que
Iglesias ha generado ventas de una magnitud raramente alcanzada en la industria
de la música".
La demanda, emitida contra
Universal Music B.V, alega además que en marzo de 2017, al darse cuenta que sus
reportes de regalías estaban "distorsionados", Iglesias ejerció su
derecho contractual de inspeccionar los libros de Universal con una auditoría. Sin embargo, afirma que UMG "no ha
respondido de manera sustantiva ... ni ha hecho ningún intento de
proporcionarle a Iglesias el acceso por mandato contractual a los libros y
registros más importantes". Dice la demanda: "Iglesias
respetuosamente le pide a este Tribunal que aplique el cincuenta por ciento
(50%) de la tasa de regalías, ordene un recuento justo de las regalías
obtenidas por Iglesias y otorgue a Iglesias las regalías que Universal se negó
a reconocer o pagar".
En
declaraciones a Associated Press, Sammataro dice “artistas, productores y
compositores deberían beneficiarse de los reducidos costos que genera el streaming;
Universal ha ignorado eso durante mucho tiempo, y ahora está tratando de
distorsionar los claros términos de sus acuerdos con sus artistas. Después de
prolongados esfuerzos para que Universal cumpliera sus obligaciones
contractuales, el equipo de Enrique lamentablemente concluyó que no tiene más
remedio que presentar esta demanda ".
Sorprende enterarse en plena época
del streaming que este tipo de diferencias aún siguen existiendo; la única
explicación lógica para no haber estipulado una regalía por streaming es que
el contrato, al menos con Interscope, data de 1999, época en la cual aún no
existía ese modelo de negocio, pero es inexplicable en el contrato del
2010. Por otro lado, Enrique Iglesias
pasó de Universal a Sony Music en el 2015 sin haber resuelto las diferencias
con Universal, por lo que estratégicamente pone a UMG en una situación de
riesgo.
Cuando uno negocia un contrato,
no solo es necesario ser muy riguroso para estipular todos y cada uno de los
acuerdos alcanzados entre las partes, sino también ponerse en lo que llamo “una
posición de futuro”, esto es, hacer el ejercicio de poner varios escenarios posibles,
en la medida en que sean lógicos. La posibilidad
de explotación de una obra a través de alguna tecnología o uso aún no inventado
-sobre todo cuando son contratos de largo aliento- no es para nada irracional
en estos tiempos, por lo que se deben tratar de contemplar, por supuesto, en la
medida en que su especificación no ponga en riesgo la negociación principal.
Hasta el momento, Universal no ha
emitido comunicado alguno…. Veremos qué pasa.
Enero 2018