Una buena noticia para autores y compositores que puede desencadenar una serie de cambios en el tablero del streaming en cuanto a liderazgos en el mercado, aunque tal vez sean los usuarios quienes no queden muy contentos...
Varias veces hemos tocado en este
blog el desequilibrio que existe en el reparto de las regalías provenientes
del streaming en Estados Unidos, el mercado musical más grande del mundo, y de
las
diferentes acciones y lobbys que
se están efectuando para cambiarlos.
Esta vez los compositores han
ganado una gran batalla en el país del norte, ya que hace apenas unos días el Copyright
Royalty Board de Estados Unidos (CRB), un consejo federal de derechos de autor,
falló a favor de que se incrementen las regalías por streaming para compositores y editoras musicales en casi un 44%
con el fin de reducir la brecha financiera que los separa de las disqueras. Esta decisión anunciada el fin de
semana pasado (27 de enero) se deriva de una disputa legal entre los compositores y
diferentes plataformas de streaming
como Spotify, Apple, Google, Amazon y Pandora.
Hasta hace poco, las plataformas
destinaban un porcentaje de 10.5% para los compositores, por lo que la CRB
dictaminó que a partir de ahora este debe ser de 15.1%, es decir un aumento del
43.8%, una cifra record para
compositores y editoras, pero que revisten, además, de algunas disposiciones
complementarias igualmente importantes.
Por ejemplo, se han establecido
recargos por demoras en los pagos, lo que obliga a las plataformas a acelerar y
reducir los tiempos de pago. Asimismo, obtuvieron
ventajas que se traducen en una optimización en la base de cálculo, que reemplazan
a las bizantinas operaciones que usaban las plataformas para el pago de las
regalías; ahora se ha establecido una fórmula simplificada basada en el
concepto "mayor de". Las
condiciones anteriores involucraban docenas de cálculos complicadísimos cuyo resultado
eran diferentes y enredadas fórmulas, cada una más compleja -e incomprensible-
que la otra, por lo que se ha optado por reducir los cálculos a dos simples
variables: la nueva tasa se basará en un porcentaje, ya sea de los ingresos o
de los content costs, lo que resulte mayor (los content costs son los montos que
se le pagan a los sellos y que se negocian sin mayores restricciones legales). A diferencia de las discográficas, los acuerdos
con autores, compositores y editoras sí suelen estar sujetos a muchísimas
trabas y condiciones legales, por lo que esta nueva norma les da acceso un poco
más justo a lo negociado en el libre mercado. Además, con esto último se han eliminado topes y limitaciones a los que las tarifas de regalías de autor habían estado
sujetas.
Este histórico fallo es el
resultado de una demanda iniciada por NMPA (Asociación Americana de Derechos de
Autor) y la NSAI (Asociación Internacional de Compositores Nashville) después de
que fracasaran las conversaciones con las plataformas de streaming en noviembre del 2016.
Los compositores le habían pedido al CRB que les otorgaran una tarifa
por stream (algo que no consiguieron), ya que, en los últimos 10
años, desde los inicios del streaming,
las regalías de autor se basaron estrictamente en un porcentaje de los ingresos
diferenciados de cada servicio de transmisión, colocándolos a merced de toma
de decisiones corporativas bastante subjetivas, un modelo diseñado para ayudar a
impulsar una industria en ciernes, pero que había dejado de ser útil hasta el
punto de convertirse en un conflicto de intereses.
En setiembre, el compositor Rodney
Jerkins, expuso estas diferencias en el Recording
Academy’s District Advocacy Day en Los Ángeles. Como co-autor de "As Long As You Love Me", un top 10 de Justin Bieber en 2012,
Jerkins presentó el estado contable de dicha obra: para el 2013, la
participación de Jerkins en la canción generó US$ 146,000 en regalías de comunicación
pública, mientras que los ingresos por streaming en el mismo período fueron de $ 278 por 38 millones de reproducciones
en Pandora y $ 218 por 34 millones
de transmisiones en YouTube. "Si
hubiera tenido el 100% de la composición de la canción, hubiera ganado apenas $ 1,100 de YouTube; esos números
son criminales", anotó.
David Israelite, presidente de la
NSAI, declaró a Associate Press que "la
relación entre lo que le pagan a los sellos y lo que le pagan a los editores ha
mejorado significativamente: por cada $ 3.82 para el sello, los
autores/editores obtienen $ 1. Si bien
aún no es una división justa, estos términos son el mejor escenario que los
compositores hayan logrado en la historia de los EE. UU., lo cual es sumamente
importante pues el streaming
interactivo continúa dominando el mercado".
Si bien aún faltan las
apelaciones, resulta curioso que Apple (a quien el incremento estoy seguro no le hace ni
cosquillas) haya reconocido en pleno debate que la estructura de las tasas de
regalías era "demasiado compleja" y "económicamente
defectuosa", abogando a favor por "una tarifa única por stream y homogénea
para todos los servicios", según artículos publicados en la revista Variety (algo que la NMPA pidió y que finamente no consiguió).
Creo que es un tanto difícil
que estas nuevas normas y ratios de regalías logren inquietar siquiera a
gigantes como Google, Apple o Amazon, ya que sus servicios de streaming son en realidad un complemento
de otros productos o servicios que constituyen la mayoría de sus ingresos; sus
divisiones más rentables podrían absorber sin ningún problema el impacto sin necesidad de modificar sus modelos (no por nada son las empresas más ricas del mundo). Quienes sí
podrían sentir la presión son las plataformas “pequeñas” dedicadas 100% al streaming como Spotify, Pandora, o
Deezer. Recordemos que en los últimos estados
financieros de Spotify -el líder del mercado- se veía que sus principales costos (cerca del 70%),
constituían costos de contenido y pago de licencias, por lo que al incrementarse, hoy más que nunca surge la posibilidad de que hagan algo a lo que se venían resistiendo a capa y espada, algo intocable, casi sagrado, y determinante para la conversión de usuarios y el aumento de la participación de mercado: el precio de suscripción. Ante este nuevo escenario, van a tener que re-evaluarlo.
Es más que seguro que en los próximos meses
asistiremos a movidas muy interesantes en la industria del streaming.
Febrero 2018