Permítaseme la licencia de salir un poco de los temas usuales, y abordar otro. Una reciente campaña de Mibanco ha suscitado en el Perú una considerable controversia en los últimos días, al combinar elementos de Inteligencia Artificial con publicidad, y al recurrir a las voces e imágenes de dos figuras que residen en el imaginario colectivo de los peruanos mayores de 35 años. La polémica que ha surgido en torno a esta campaña refleja una preocupante tendencia hacia el cortoplacismo y la inmediatez en el ámbito social, provocando respuestas viscerales sin antes informarse. Independientemente de la efectividad o falta de ella de la campaña en sí, las redes sociales se inundaron de opiniones que llaman la atención por su virulencia y su desconexión con el contexto.
Si bien cada individuo tiene el
derecho de expresar sus opiniones, es necesario destacar que muchas de las
afirmaciones realizadas ("falta de respeto", "mal gusto", "falta
de ética" o "mensaje polémico") son meramente percepciones
personales -aunque no compartidas por todos- su derecho a ser expresadas no está en discusión, por supuesto, pero no necesariamente deben de respetadas. Como dijo hace poco el filósofo José Antonio
Marina, “lo que es respetable, es el derecho a exponer su opinión sin que haya
una inquisición. La respetabilidad de
las opiniones depende del contenido de las opiniones; puede haber opiniones
estúpidas, opiniones blasfemas, opiniones injustas, opiniones racistas… ‘respete
Ud. mi opinión’, no, no… la respeto, o no la respeto, depende de cómo sea su
opinión”.
Resulta preocupante entonces las
acusaciones infundadas de que personas y empresas están infringiendo las leyes,
acompañadas de un insensato llamado a "regular la IA", una propuesta
que se revela tanto absurda como innecesaria.
La campaña en cuestión recurre a
la Inteligencia Artificial para "resucitar" a Humberto Martínez
Morosini y Arturo Pomar, dos periodistas icónicos estrechamente vinculados a la
presentación de noticias, con el fin de transmitir un mensaje preventivo sobre
las consecuencias del Fenómeno del Niño.
Esta técnica implica la utilización de imágenes de archivo y el
entrenamiento de herramientas de IA para que ambos personajes parezcan narrar
una noticia ficticia patrocinada por Mibanco.
Desde una perspectiva muy amplia
y, en particular, desde el punto de vista del derecho a la intimidad, se debe
destacar que el artículo 2, inciso 7 de la Constitución del Perú establece que
"Toda persona tiene derecho al honor y a la buena reputación, a la
intimidad personal y familiar, así como a la voz y a la imagen propias". A pesar de su carácter general, el Código
Civil aborda y regula de manera específica este derecho en su artículo 15:
“Artículo 15.- Protección del
derecho a la imagen y voz. La imagen
y la voz de una persona no pueden ser aprovechadas sin autorización expresa de
ella o, si ha muerto, sin el asentimiento de su cónyuge, descendientes,
ascendientes o hermanos, excluyentemente y en este orden. Dicho asentimiento no es necesario cuando la
utilización de la imagen y la voz se justifique por la notoriedad de la
persona, por el cargo que desempeñe, por hechos de importancia o interés
público o por motivos de índole científica, didáctica o cultural y siempre que
se relacione con hechos o ceremonias de interés general que se celebren en
público. No rigen estas excepciones cuando
la utilización de la imagen o la voz atente contra el honor, el decoro o la
reputación de la persona a quien corresponden”.
En otras palabras, la utilización
de la imagen y la voz de otra persona sin su consentimiento es contraria a la
ley. Sin embargo, es crucial destacar
que muchas de las críticas infundadas que se han planteado en las redes
sociales no parecen tener en cuenta no solo la legalidad de la campaña, sino
también los detalles de la misma, incluida la obtención de la debida
autorización por parte de los familiares de los dos periodistas fallecidos.
En este contexto, es relevante
señalar que la regulación de la Inteligencia Artificial ya existe en
Perú. En lugar de centrarse en la tecnología en sí, esta regulación promueve el
uso racional y ético de la IA. La cuestión de cómo se utiliza la IA es un tema
separado que debe ser abordado en otros ámbitos. Tal como declaró el buen abogado en
tecnología Erick Iriarte en una entrevista
para el diario “El Comercio”:
“Hay todo un grupo de personas
que lo que quisieran es que cada tecnología tuviera un código civil y un código
penal, lo cual es ilógico, lo que regula el derecho son conductas, no
tecnologías. Cuando salió el teléfono nadie inventó un código civil o penal
para su utilización. El uso de la IA en muchos de los casos ya está regulado”
La avalancha de acusaciones
infundadas llevó a que Mibanco retirara inicialmente el video de la campaña,
aunque posteriormente fue reanudada su difusión junto con un comunicado respecto a la seriedad y respeto con que se lleva a cabo el mensaje, además de poner énfasis en haber cumplido con todos los requisitos legales, obteniendo todas las autorizaciones necesarias de
los familiares de los periodistas, lo cual me consta. Sin embargo, más allá de
la legalidad de la campaña, es alarmante cómo la sociedad, a través del escudo
de las redes sociales, tiende a ocultar la mediocridad disfrazada de erudición,
a criticar sin comprender las razones de su descontento, a ensalzar a
individuos sin mérito o a condenar a quienes no merecen tal juicio.
Ciertamente, nadie está obligado
a tener conocimiento sobre todos los temas, pero es razonable esperar un mínimo
de sentido común antes de emitir opiniones. Si alguien carece de información,
debería buscarla antes de expresarse. El daño que puede causarse a través de
juicios sin fundamento es significativo y debe ser evitado.
Umberto Eco, gran filósofo y
escritor italiano, fustigó allá por el 2015 a las redes sociales y a la sociedad misma, con
crudeza y brillantez en unas declaraciones en el diario La Stampa:
“Las redes sociales dan derecho a
hablar con legiones de imbéciles que solían hablar solo en el bar después de
una copa de vino, sin dañar a la comunidad. Fueron silenciados de inmediato, mientras
que ahora tienen el mismo derecho a hablar que un ganador del Premio Nobel. Es
la invasión de los imbéciles”.
Noviembre 2023
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