Caso de la Orquesta de los hermanos Yaipén
Desde anoche, grandes titulares en periódicos y noticieros sobre la lamentable detención del director de la Orq. de los Hermanos Yaipén en Bolivia, por una denuncia en su contra por incumplir un contrato hace unos cuántos meses. En un reportaje de esta mañana, salió un video en donde el mismo Sr. Yaipén hacía algunas declaraciones sobre el caso en su momento. Si no escuché mal, relata en esas declaraciones los detalles de su arribo al país vecino, y que una vez en el hotel, se le acerca el empresario a decirle que no tenía dinero para terminar de pagarle; que luego de superado el impasse, cuando llegaron al local, ya se habían producido y seguían los desmanes, por lo que optaron por no subir al escenario.
No pretendo juzgar si lo hecho por el director de la orquesta está bien o no, o
dilucidar cuál de las partes tiene razón. Sólo quiero llamar la atención sobre
un detalle muy simple: al decir que "no le alcanzaba la plata para
terminar de pagarle", implica que sólo le dieron un adelanto. Si todo eso
es verdad, ese simple detalle puede desencadenar una serie enorme de problemas.
Cuando alguien contrata a un artista para una presentación, y con mayor razón
en el exterior , el talento jamás -JAMAS- y bajo ninguna circunstancia debe
salir del país sin que el pago del caché se haya realizado al 100%, y además
por los canales financieros regulares. ¡Muy informal! ¿Quién puede pensar que
Ed Sheeran pueda venir al Perú con sólo un adelanto de la plata? ¿Acaso creen
que Bisbal, Drexler, o Sabina, se atreverían a siquiera poner un pié en el Perú
sólo con un adelanto y con la promesa de "acá te pago hermanito"?
Si hubieran recibido el 100% del caché antes de salir del país, quizás hubieran
ido al local con normalidad y no hubiera sucedido nada. Más aún, si aún así
hubieran habido algunos disturbios, por los motivos que sean, en el contrato
artístico se suele estipular que en el artista se reserva el derecho de
presentarse si a su juicio su integridad física se ve amenazada por
determinadas condiciones (como disturbios y desmanes en el venue, por ejemplo)
y eso lo hubiera liberado de cualquier responsabilidad. Ni siquiera es
aceptable poner en un contrato que se dará un adelanto y la cancelación antes
de subir al escenario, pues suelen ser momentos en que el artista está
"con la carne en el asador" y puede hacer ciertas concesiones
perjudiciales...
Ser un profesional en la música no tiene ninguna relación con la cuantía de la
transacción, si el artista es grande o pequeño, y mucho menos con egos y
famas... Se trata de una actitud, una disciplina, una correcta forma de
proceder, y eso es lo que pretendemos; tratar de educar e inculcar
profesionalismo a quien está en la industria de la música, para intentar
erradicar poco a poco la informalidad existente en el rubro y que perjudica al
artista, al mercado, y a todos en general.
Marzo 2015
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